viernes, 29 de octubre de 2010

No te cuesta nada, no te cuesta nada.

No te cuesta nada pasar a buscarme en la tarde, salir un ratito y llevarme a la plaza, invitarme un helado, subirnos a los columpios, andar de la mano sin que nadie se de cuenta, hacerme cariño, apretarme, contraerme, asfixiarme, morderme, tocarme, y todo detrás de un arbolito. No te cuesta nada que cuando se haga de noche me vayas a dejar a la micro, o a mi casa, y nos riamos en el camino, mientras nos miramos con los ojos brillositos. No te cuesta nada.

lunes, 25 de octubre de 2010

Yo lo amé,
y el nunca se jactó de eso.
A veces, éramos felices
pero yo igual lloraba
y le gritaba
y lo maldecía.
A veces, éramos tristes
y él se secaba las lágrimas en mi cuerpo,
cuando me tiraba a la cama.
Me enamoré, también, de cuando me daba la espalda.
Él me amó,
y yo siempre me jacté de eso,
aún cuando jamás le creí.
A veces, es bueno escribir las penas del pasado.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Ellos no saben que llegaste
como sol de primavera
para hacer que florezca
la primera de mis flores.

sábado, 2 de octubre de 2010

¿Quién presta atención a tus seudos planfletos de inocente feliz? Son los pasivos, seguramente, que prefieren no sentirse culpables de la historia que generan y por eso no hacen nada y nublan su mirada para no ver lo que acontece.