miércoles, 29 de julio de 2009

III

No volveré a tus juegos vulgares, a tu llantos imberbes, a tus besos de otra, a tu mano grosera, a tus ojos de niño, tu camisa de fuerza, tu vida tan pura que pintas afuera. No volveré a correr tras tus pasos, regalarte mis fuerzas, creerte las guerras sin verdad que me cuentas, ni curar tus heridas o alegrarte las penas, porque yo voy a ser quien te olvide de veras y te escupa en la cara y te cuente mentiras y me vaya con otro, que cure la herida, y le de yo mis juegos, sin más lejanía y te deje sin llanto por la despedida.

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