lunes, 23 de noviembre de 2009

Estoy tan feliz de haberme dado cuenta que soy mejor persona que tú. Que no te perdí por mi culpa. Que siempre te valoré y te amé más que a nadie y más que nadie. Que no soy mala ni tengo el corazón podrido. Que te respeto a pesar de tu afán por verme mal. Que no soy reemplazable. Que me aferro a la gente porque yo sí quiero de verdad y por eso me cuesta tanto desprenderme. Que siento cada palabra que digo. Que hasta el último te amo que te dije fue real y puro.
Me siento orgullosa de que por fin tus palabras sean puro eco. De que dejé de amarte por el monstruo en el que te convertiste. De entender que de hombre tú no tienes nada. De haber sacado todo lo que me ataba a ti. De no arrepentirme por lo sucia que me sentí la última vez que estuve contigo, porque eso sirvió para darme cuenta de que ya no te amo, porque no puedo amar a alguien que actúa por instinto, que no siente ni razona.
Porque cuando me dijiste que nuestra paradójica relación se había terminado porque nunca valoré los "seudoesfuerzos" que hiciste para mantenerme siempre feliz y que nunca volverías a estar con una persona como yo, pero que aún así me amabas. Ahí me di cuenta que era yo la que no volvería a estar con una persona como tú y que si quisiera te haría mierda la vida y tu reputación. Pero no pretendo hacerlo, porque soy mejor que tú, y eso me basta para quedarme tranquila.

No hay comentarios: