Después de todo nos hicimos polvo, nos desgastamos, nos pusimos tontos. Y yo,
caprichosamente, te invito a que te acerques, a que contemples lo que ya no es tuyo. Y tú,
egoistamente, me invitas a que te bese, a que pruebe el sabor de lo que no me pertenece. Después de todo, no eramos
invencibles. Nos destruyeron, mientras nos reíamos de la gente y no nos avisaron.
1 comentario:
http://julietaverdelimon.blogspot.com/2008/11/nos-cremos-superhroes.html
Si, si, hay algo así aquí también.
Publicar un comentario