miércoles, 6 de enero de 2010

No creo en el dios que me impusieron en el colegio de monjas, ni en la caridad de estas. Tampoco creo que en el dicho popular, ni en los escritos de los baños, ni en refranes perfectos, ni en el centro, menos en la verdad absoluta. Dejé atrás el estructuralismo, el marxismo, el modernismo, el postmodernismo, pin up, arte pop. No creo en la delincuencia, ni en la izquierda ni en la derecha, menos en la educación chilena o en el gobierno de !ce hache i! No creo en la consecuencia, ni en el azul del cielo, ni en la vida privada. No creo en la muerte de la princesa ni del rey ni en los abogados. No creo en el feminismo ni en el machismo o el masoquismo. No creo en la casa de barbies, ni en su auto ni en su ken. No creo sin cuestionamientos, no creo en los héroes del pueblo ni en lo que dicen hacer.

No hay comentarios: