jueves, 30 de septiembre de 2010

Es tan grande y esperado el sueño que,
por la ansiedad de seguir esperando,
suele confundirse con otros que se le parecen
y sigue perfumes que se le parecen,
sonrisas que se le parecen,
besos que se le parecen,
música que se le parece...
¡Qué miedo embarga al pensamiento!
cuando se percata
de que ese sueño,
el que vivía,
no era su sueño
y debe volver a comenzar.

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