sábado, 4 de septiembre de 2010

Y si vuelves trae contigo tu cara, la misma que golpeé cuando me mirabas, tal rey a su mendiga, teniéndome pena. Trae los amaneceres en los que limpiaba tus ojos de llantos repentinos, por miedo a no seguir viviendo. Trae los momentos en los que te rescate de la rutina, en los que te enseñé a perdonar. Trae los dibujos y los poemas que te regalé (no importa que estén rotos, o viejos, o incompletos). Trae los caminos por los que anduve contigo, a pesar de estar enferma, a pesar de estar exhausta. Trae los insultos que te dije, para recordar cuales fueron los tuyos, también trae la sábana de la última cama en la que estuvimos juntos. Trae el día en el que me pediste que te esperara para fugarnos juntos y nunca llego tu presencia, ni tu.
Pero lo que más te pido, y necesito que traigas, es el pedazo de alma que te llevaste contigo. Así volveré a estar completa, para mirarte tal reina a su mendigo, y poder recordar todo lo que me alejó de ti.
No vuelvas sin la parte de mi alma que te llevaste, no juegues sucio como las dos veces anteriores, sabes que sin ella no puedo reconocer al bandido que viene para quitarme las otras partes y las otras vidas.

1 comentario:

Julieta dijo...

ani, hacía tiempo que no te leía, te siento conectada, me gustan tus textos.

abrazos :)